Pastor's Weekly Update: Sunday, March 27
Dear Brothers and Sisters in Christ,
Happy Laetare Sunday! On this fourth Sunday of Lent, the Church relaxes Her penitential discipline and encourages the faithful to rejoice in expectant hope of the Resurrection. Next Sunday we will begin Passiontide, the final phase of Lent, so rather than a premature ending of this time of fasting, prayer, and almsgiving, today is a slight inflection that prepares our hearts for the even greater intensification to come next week.
Our parish Lenten series continues Tuesday, at 6 p.m. The Spanish track starts with Holy Mass in the church at the English track with a soup supper in the church basement. Our theme this year is “Living the Holy Mass.” This week is our final session but even if you haven’t attended up until now it’s not too late to start! This last session will focus on “The Mass as the Wedding Banquet of the Lamb” and I think that it will be particularly interesting. Don’t forget that childcare is available for this event!
We continue our series on why at our daily Masses the priest has taken up the traditional posture of facing the same direction as the congregation for the Liturgy of the Eucharist:
Objection: Vatican II changed this!
Response: This is yet another area where there are a lot of misunderstandings about Vatican II. The Council’s document on the sacred liturgy, Sacrosanctum Concilium, makes no reference to the orientation of the priest at the altar. An honest and careful reading of this document shows that the Council fathers were most interested in promoting a greater interior participation in the Mass on the part of the laity and envisioned a reform that was much less radical than that which came to be enacted in the 1960s and 70s. Furthermore, an honest reading of the new liturgical books produced in the 1970s also shows a pretty big disconnect between what was authorized and what actually happened. In the decades since, the Church has been trying to draw us back to Her perennial teachings that the Council always intended to leave intact. In order to emphasize the continuity of the Church’s teachings both before and after the Second Vatican Council, a continuity in the lived experience of the Church’s life, especially in the Sacred Liturgy, is also important.
Recent Read: The Practice of the Love of Jesus Christ by St. Alphonsus Ligouri. This is one of the great classics on the spiritual life. I wish I would have read it much sooner.
St. John the Evangelist, pray for us!
Yours in Christ,
Father Royce Gregerson
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
¡Feliz domingo de Laetare! En este cuarto domingo de Cuaresma, la Iglesia relaja su disciplina penitencial y anima a los fieles a regocijarse en la esperanza expectante de la Resurrección. El próximo domingo comenzaremos la Pasionaria, la fase final de la Cuaresma, por lo que en lugar de un final prematuro del momento de ayuno, oración y limosna, hoy es una inflexión ligera que prepara nuestros corazones para la intensificación aún mayor que vendrá la próxima semana.
Nuestra serie de Cuaresma parroquial continúa el martes, a las 6 p.m. Los ejercicios en español comienzan con la Santa Misa en la iglesia y en inglés con una cena de sopa en el sótano de la iglesia. Nuestro tema de este año es "Vivir la Santa Misa". Esta semana es nuestra última sesión, pero incluso si no has asistido hasta ahora, ¡no es demasiado tarde para comenzar! Esta última sesión se centrará en "La Misa como banquete de bodas del Cordero" y creo que será particularmente interesante. ¡No olvides que el cuidado de niños está disponible para este evento!
Continuamos nuestra serie sobre por qué en las misas diarias el sacerdote ha adoptado la postura tradicional de mirar en la misma dirección que el pueblo para la Liturgia de la Eucaristía:
Objeción: ¡El Vaticano II cambió esto!
Respuesta: Esta es otra área donde hay muchos malentendidos sobre el Vaticano II. El documento del Concilio sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium, no hace referencia a la orientación del sacerdote en el altar. Una lectura honesta y cuidadosa de este documento muestra que los padres conciliares estaban más interesados en promover una mayor participación interior en la Misa por parte de los laicos e imaginaron una reforma que fuera mucho menos radical que la que se promulgó en las décadas de 60s y 70s. Además, una lectura honesta de los nuevos libros litúrgicos producidos en los años 70s también muestra una desconexión bastante grande entre lo que estaba autorizado y lo que realmente sucedió. Desde entonces, en las décadas transcurridas, la Iglesia ha estado tratando de atraernos de vuelta a Sus enseñanzas perennes que el Concilio siempre tuvo la intención de dejar intactas. Para poder recalcar las enseñanzas de la iglesia, tanto antes como después del Concilio Vaticano II, también es importante una continuidad en la experiencia vivida de la vida de la Iglesia, especialmente en la Sagrada Liturgia.
Suyo en Cristo,
Padre Royce Gregerson
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